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Por drmunozcl
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Muchos dispositivos conectados a internet —computadoras, móviles, routers, cámaras IP— pueden estar comprometidos sin que sus dueños lo sepan. Estos dispositivos pueden ser parte de una botnet, y actuar como herramientas en manos de ciberdelincuentes.
Una botnet (abreviación de «robot network») es una red de dispositivos infectados que son controlados remotamente por un atacante, también conocido como botmaster. Estas redes pueden realizar actividades maliciosas a gran escala: enviar spam, distribuir malware, lanzar ataques DDoS o minar criptomonedas de forma ilegal.
Lo más preocupante es que los dispositivos infectados suelen continuar funcionando con normalidad, lo que dificulta su detección. Empresas, gobiernos e incluso usuarios domésticos pueden ser víctimas sin saberlo, convirtiendo sus propios recursos en parte del problema global de ciberseguridad.
Una botnet se forma cuando malware logra instalarse en un conjunto de dispositivos y permite al atacante controlarlos de forma remota, a menudo a través de servidores de comando y control (C&C).
Actividades comunes de una botnet:
- Ataques DDoS: Saturar sitios web o servicios para dejarlos fuera de línea.
- Distribución de spam: Envío masivo de correos electrónicos fraudulentos.
- Robo de credenciales: A través de keyloggers instalados en las máquinas comprometidas.
- Difusión de malware: Propagación automática a través de redes y dispositivos.
Ejemplo real:
La botnet Mirai utilizó miles de cámaras IP y routers domésticos mal protegidos para lanzar uno de los mayores ataques DDoS registrados, afectando a servicios como Twitter, Netflix y Reddit.
¿Cómo prevenir ser parte de una botnet?
- Cambiar las contraseñas por defecto de los dispositivos IoT.
- Mantener sistemas operativos y firmware actualizados.
- Usar soluciones de seguridad con detección de comportamiento sospechoso.
- Monitorear el tráfico de red para identificar conexiones anómalas.
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Conclusión
Las botnets representan una de las amenazas más silenciosas pero poderosas de la ciberseguridad moderna. Conocer su funcionamiento y cómo protegerse es esencial para evitar ser parte, sin saberlo, de un ataque global.
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